Acaban
prestados
a registro,
augurio
o balanza.
Para tantos
fin de año
con savia
de mal agüero
tijera y rezo
saña y sieso
porvenir.
Terminan
recontando
la pérdida
de calor.
Los remiendos
y una piedra
por relleno
de maleta.
La ventana
en una foto
y el futuro
calza sed.
Pero nacen
y renacen
a golpe
de puño
en mesa.
Arrancan
a la tierra
el fruto
deshuesado
las entrañas
y las ansias,
de vivir.
Son de garra
y de madera
nervio acero
la impotencia
torna en suerte
lo que pesa.
Un año más
comienzan
con las manos
vacías
y un raudo
corazón.
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